jueves, 5 de julio de 2012

Tony Judt sobre Hanna Arendt

Comentando la posición de Hannah Arendt sobre la situación judía en Europa bajo la persecución nazi:
Encuentro a Arendt irritantemente elusiva y metafísica en muchos de sus textos especulativos, justamente en las áreas en las que se necesitan precisión epistemológica y evidencia histórica. Sin embargo, lo que tiene que decir acerca de la condición del judío en la sociedad moderna -desde su estudio biográfico sobre Rahel Varnhagen hasta su reporte sobre el juicio de Eichmann- me parece absolutamente correcto. No quiero decir que todo en ella esté bien. Está demasiado dispuesta a condenar a los judíos del Este por su pasividad o, incluso, por su colaboracionismo: en otras palabras, culparlos por aspectos de su propio sufrimiento. Esta falta de sensibilidad ha autorizado a algunos de sus críticos a afirmar que ella simplemente no entiende las circunstancias de judíos en lugares como Lodz porque lo único que ella -un producto de la Bildung judíogermana- puede imaginar son las circunstancias de judíos en Frankfurt o Könisgberg, donde estaban mejor conectados, tenían una percepción de los acontecimientos más sofisticada y habían tenido el lujo de poder elegir entre quedarse, irse o resistir. (Judt: Thinking the Twentieth Century, p. 34)

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